CAPÍTULO 43
*narra Manuel*
Manuel: Tome asiento, bacalao. - bromeo. Tengo la necesidad de que todo vuelva a la normalidad.
Ana: Hace un rato has hablado de esa noche donde me regalaste un carpesano con citas que te recordaban a mí, a nosotros, - me recuerda, meciéndose tranquilamente - pues desde que la tengo en mis manos he ido añadiendo fotos y citas, inmortalizando nuestra relación.
Manuel: ¿De veras? ¿Y por qué nunca me lo dijiste? Podría haber colaborado...
Ana: Quería que fuera en un momento especial. La empezaste tú, la he continuado yo y quiero que la terminemos juntos. Si te parece bien, claro.
Manuel: Yo... creo que no la terminaremos. - Ana me mira interrogante - Más que nada porque creo que no tenemos fin. - quizás no sea justo decirle esto, después de haber sido yo el que ha roto la relación de pareja, pero... en los últimos días algo ha cambiado. Me siento con fuerzas renovadas para volver a intentarlo. Ana evita tocar el tema espinoso, ya que me tiende la libreta, con una página abierta. Aparece una foto de los dos, profundamente dormidos y muy abrazados. Es inevitable que se me forme ese nudo en la garganta, al recordar todas las noches compartidas a su lado - "A veces tengo la sensación de que - empiezo a leer la frase que está pulcramente escrita debajo de la foto - cada parte de mi vida es tan diferente del resto que estoy constantemente visitando otro planeta".
Ana: Es de "Un verano en Nueva York". Me identifico totalmente con Carrie.
Manuel: Bueno, la verdad es que una persona muy normal no eres.
Ana: Qué aburrido si lo fuera...
Manuel: Por supuesto. - me fijo en la siguiente foto. Está Ana, sola, contemplando la inmensidad del mar. Leo la cita - "Nunca estamos infinitamente lejos de aquellos a quienes odiamos. Por la misma razón, pues, podríamos creer que nunca estamos absolutamente cerca de aquellos a quienes amamos".
Ana: Si las pesadillas no se van, es por algo, es porque nunca voy a poder alejarme infinitamente de eso, ya forma parte de mí. Esto ya está asumido, sin embargo, me preocupa la segunda parte, nunca estaré absolutamente cerca de ti, hay algo que siempre nos acabará distanciando mínimamente.
Manuel: ¿Recuerdas que somos como imanes? - asiente - Pues piensa en el presente. Quizá nos hayamos distanciado, pero hemos vuelto a encontrarnos... - ella baja la mirada, yo también y me centro en la siguiente página. Volvemos a ser nosotros, sentados en medio de un parque, compartiendo un libro, "La piel fría", concretamente, justo el libro donde reside la cita anterior. - "La pasión de Bastián Baltasar Bux eran los libros. - sigo leyendo - Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acababa y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido..." Este fragmento es una pasada, refleja tanto el sentimiento de los lectores que profundizan tanto en las historias...
Ana: Solo los frikis como nosotros entendemos a Bastián. ¡Choca! - levanta su mano y se la choco. Miles de descargas eléctricas recorren mi cuerpo con este simple contacto.
La siguiente página está formada por una escueta cita y una foto donde salimos Ana y yo agarrados a la cuerda que ella colocó en El Árbol del Ahorcado, esa cuerda que nos transportaba a Terabithia.
Manuel: "Haz una foto, duran para siempre". - leo, emocionándome, "Un puente hacia Terabithia" siempre lo consigue.
Ana: "Take a picture, last longer" - susurra, con los ojos vidriosos.
Manuel: ¿Qué habrá sido de esa cuerda? - me planteo.
Ana: Ni idea... Cuando visité a los de la tercera edición, seguía ahí. Pero siempre estará en esta foto y en nuestros recuerdos...
Manuel: No habrías podido escoger una frase mejor... - hago amago de pasar la hoja, pero Ana me quita rápidamente el carpesano de mis manos. - ¿A qué ha venido eso? - me hago el afectado. Ana ya se ha ido lejos de mí para que no la coja.
Ana: ¡La siguiente página no puedes verla! ¡Tienes que pasar directamente a la última! - me informa, mientras la persigo. Al final acabo atrapándola, intento hacerle cosquillas para debilitarla, pero tiene muy buenos reflejos. Después de un intenso forcejeo, terminamos los dos en el suelo y con el carpesano en mi poder. Intento ver qué hay en la hoja que Ana me quería ocultar. Distingo una foto mía, solo, pero no logro leer bien, ya que la chica de ojos marrones sigue intentando quitármelo.
Manuel: Vamos, no será para tanto... - pruebo con otra táctica. Ana, muy decidida, tapa mis ojos con su suave mano, su olor me atrapa, ese gesto ha conseguido embotarme la mente y olvidarme de cuáles eran mis prioridades, ahora lo único que deseo es que nunca suelte mi mano, así que busco la que tiene libre y entrelazo mis dedos con los suyos. Noto que su inicial decisión merma tras mi inesperado movimiento, pero no rechaza mi mano.
Ana: Prométeme - me ordena - que no vas a mofarte de mí.
Manuel: ¿Cuándo he hecho yo eso? - me hago el tonto.
Ana: Promételo. - insiste.
Manuel: Está bien. Sea lo que sea que esté ahí escrito, por muy estúpido que me parezca, no voy a reírme.
Ana: No lo has prometido.
Manuel: Qué tiquismiquis... Prometo que no voy a reírme.
Ana: Bueno, lo doy como válido. - aparta su mano, abro mis ojos y dirijo la vista al papel.
Manuel: "Me gustaba mucho, mucho, mucho. - empiezo a leer, sonrojándome, porque claro, se refiere a mí - Me gustaba que hubiera terminado su historia nombrando a otra persona. Me gustaba que hubiera lanzado tiros libres angustiado. Me gustaba que fuera profesor titular en el Departamento de Sonrisas Ligeramente Torcidas y que compaginara ese puesto con el de profesor del Departamento de Voces Que Hacen Que Mi Piel Se Sienta Piel". - se me escapa una risita.
Ana: ¡Idiota! ¡Te has reído! - me pega en el hombro, aparentemente avergonzada.
Manuel: Así que - carraspeo e intento poner voz sexy - mi voz hace que tu piel se sienta piel. - para finalizar, añado un guiño de ojo. Lo sé, ridículo.
Ana: Definitivamente, - me contesta, con aires de superioridad - prefiero a Augustus Waters.
Manuel: ¡Gus no hace que tu piel se sienta piel! - replico - En cambio, - vuelvo a poner el intento fallido de voz sexy - Manuel Esteve lo consigue.
Ana: Anda, tira, ¿ves por qué no quería que lo leyeras? Te crees superior a Augustus y eso nadie nunca lo va a conseguir, pls - se ríe - Te falta una.
En la última foto, salimos Ana y yo sujetando mi trofeo de Masterchef Junior.
Manuel: "Podría imaginarlo, podría recordarlo, pero no podría volver a verlo, y se me ocurrió que los sueños que se hacen realidad nunca sacian la voraz ambición humana, porque siempre pensamos que podríamos volver a hacerlo todo mejor".
Ana: Siempre. Siempre. Siempre se puede volver a hacer todo mejor... Dichosa voraz ambición humana...
Nuestras manos siguen entrelazadas.
Manuel: Yo hice un sueño realidad... Y si pudiera volver al pasado, arreglaría los errores.
Hago círculos con mi dedo índice en el dorso de su mano.
Ana: Quizás no es necesario volver al pasado.
Ella me aprieta con su mano.
Manuel: Quizás podamos arreglar los errores en el presente.
Muevo mi mano libre y le acaricio delicadamente su mejilla.
Ana: Y así superar el pasado.
Ella posa su otra mano libre en la mía, la que le está acariciando la cara.
Manuel: Creo que volvemos a ser invencibles.
Y por fin me decido, por fin me aproximo lentamente a ella, dispuesto a empezar a arreglar los errores del pasado con un mágico beso. Sus labios se encuentran a milímetros de los míos cuando un inoportuno y estridente sonido me sobresalta y consigue que me aparte involuntariamente. Al darme cuenta de que el sonido proviene de nuestros móviles, me entran ganas de arrojarlos a un precipicio.
Cojo mi móvil, me levanto, malhumorado, y reviso mis notificaciones. Es la cuarta pista del dichoso torneo que lo ha fastidiado todo. Ahora mismo solo me entran ganas de abandonarlo para que no me puedan llegar más correos que estropeen momentos como estos.
Ana: " Esperemos que tengáis clara la misión: - lee, todavía sentada en el suelo, por su tono de voz también parece muy molesta - compañeros de edición, menú vencedor, 90. Ya que mañana al amanecer en la puerta principal os esperamos".